Por otra parte, sabemos que en el proceso histórico vivido en nuestro continente, los pueblos originarios fueron sometidos a la adopción de ciertos patrones culturales ajenos a su entorno. Junto a ellos, sus prácticas culturales y sus lenguas fueron relegadas y restringidas a espacios familiares y grupales. Así las lenguas originarias entraron en un proceso de desplazamientos, mientras que la lengua castellana de los migrantes fue ocupando gradualmente mayores espacios. No obstante, las lenguas originarias durante el largo periodo de colonización, fueron usadas como medio e instrumento estratégico de evangelización. Esto en cierta medida favoreció para su mantenimiento y pervivencia.
2. En cuanto al aspecto morfológico
Runa (person –a)
Runa –cha (person –ita)
Runa –cha –kuna (person –ita –s)
Runa –cha –kuna –manta (de la –s person –ita –s)
Runa –cha –kuna –manta –puni ([de todas maneras] de la –person –ita –s)
Runa –cha –kuna –manta –puni –taq (Y [de todas maneras] de la –s person –ita –s ya también)
Jaqi (person –a)
Jaqi –lla (person –ita)
Jaqi –lla –naka (person –ita –s)
Jaqi –lla –naka –ta (de la –s person –ita –s)
Jaqi –lla –naka – ta–puni ([de todas maneras] de la –person –ita –s)
Jaqi –lla –naka –ta –puni –raki (y [de todas maneras] de la –s person –ita –s ya también)
b. Las raíces de las palabras quechuas y aimaras, al igual que en otras lenguas, son unidades mínima que semánticamente tiene significado léxico o conceptual. De cuerdo a la capacidad de ocurrir libremente en una emisión o no, las raíces son libres o ligadas, respectivamente. Las libres están formadas por la clase de los nombres (p.e. wasi/uta, urqu/qullu...), los ambivalentes (p.e. pampa/pampa, qillqa/qillqa...) y las partículas (p.e. mana/jani, ari/jisa...); las ligadas están constituidas por la clase de los verbos (p.e. taki-/kirki-, waqa-/jacha-...), estas requieren del apoyo de por lo menos un sufijo para poder aparecer en una emisión real (o tener significado real).
A continuación se presenta la categorización y clasificación de los sufijos del quechuas y aimara.
3. En cuanto al aspecto sintáctico
En cuanto se refiere al aspecto sintáctico de la lengua quechua y aimara se debe considerar básicamente las siguientes puntualizaciones:
a. Considerando las oraciones simples y declarativas como unidades de análisis, tanto el quechua como el aimara, de acuerdo al orden favorito de los elementos composicionales pertenecen a las lenguas del tipo SOV. Es decir, los elementos constituyentes de una oración siguen el orden Sujeto-Objeto-Verbo; Sin embargo, dicho ordenamiento es sólo el preferido porque es natural y espontáneo, aunque no es fijo; pues, dependiendo de factores pragmáticos y comunicativos se presentan otros posibles acomodamientos y así cambia el orden de los elementos constitutitos.
c. En el quechua y el aimara se distingue básicamente dos tipos de frases: nominal y adverbial o verbal. La frase nominal cumple la función básica de sujeto u objeto dentro de la oración; contiene un núcleo nominal – sustantivo- antecedido o no de uno o más modificadores (estos pueden ser: otro nombre, un adjetivo, un numeral, un cuantificador o un demostrativo). Por su parte, la frase verbal está conformada por un núcleo verbal con o sin modificadores o especificadores, estos cumplen funciones gramaticales complementarias: directo, indirecto u oblicuo.
4. En cuanto al vocabulario
El vocabulario de la lengua quechua y aimara es un aspecto que requiere un tratamiento riguroso y sistemático. La diversidad de textos escritos producidos hasta el momento muestra ciertas diferencias en cuanto se refiere a la construcción gramatical; algunas veces son consecuencias del contacto de lenguas, otras veces dialectales, en ciertas ocasiones simples errores ortográficos, limitaciones en el uso de los recursos para la creación de nuevas palabras y otros aspectos. Por ello, es necesario prestar atención a las siguientes sugerencias (normas mínimas) para enriquecer el corpus de la lengua quechua y aimara.
4.1. Recuperación léxica
La recuperación de las palabras en desuso o arcaísmos se debe realizar mediante la investigación de:
- Documentos escritos de carácter lingüístico que datan desde la época colonial hasta el presente.
- Materiales elaborados en el marco de programas educativos tanto locales-regionales-nacionales como extranjeros.
- Documentos sobre temas diversos, escritos en lengua aimara y quechua, tanto históricos como actuales.
- Además, investigaciones participativas con los mismos hablantes de la lengua, principalmente con personas ancianas, representantes de las diferentes variedades dialectales, los maestros y los estudiantes.
4.2. Creación o acuñación de neologismos.
Se debe entender que acuñar es crear palabras nuevas, a partir de los diferentes recursos o mecanismos que tiene la lengua. Estos recursos, entre otros, son:
- Derivación: procedimiento que consiste en la formación de una palabra nueva mediante la adición, supresión o intercambio de sufijos, a partir de palabras ya existentes.
- Composición: procedimiento consistente en la reunión de dos o más palabras, de la cual surge un nuevo significado que supera a los significados de las palabras componentes. En la composición, un recurso bastante eficaz es también la reduplicación.
- Yatiña = saber - Yachay = saber
- Uta = casa - Wasi = casa
- Yatiña uta = Escuela - Yachay wasi = Escuela - Ampliación del campo semántico o significado: este procedimiento consiste en ampliar el campo de significación de una palabra, es decir, conservar parte del significado anterior y otorgarle un significado añadido.
- Calco semántica: consiste en imitar el significado de una palabra extranjera y no su entidad fonética.
- Onomatopeya: es un fenómeno que se produce cuando los fonemas de una palabra describen o sugieren acústicamente el objeto o la acción que significa.
- Creación popular o metafórica: consiste en trasladar el significado de las palabras en otra figurado, en virtud de una comparación implícita.
- Creación o acuñación participativa: este procedimiento consiste en crear o acuñar nuevas palabras con los mismos hablantes de la lengua, principalmente con los estudiantes, maestros y hablantes de las diferentes variedades dialectales.
4.3. Préstamos
El préstamo es un fenómeno que se presenta de manera universal entre lenguas que han tenido o están en contacto entre ellas. Los préstamos generalmente aluden a conceptos y objetos que son desconocidos por la sociedad que habla la lengua que se presta.
En la lengua quechua y aimara hay préstamos castellanos que entraron ya en los primeros momentos de la colonización. Esta práctica se ha mantenido hasta hoy. Pero se debe tener mucho cuidado porque en un a relación diglósica los préstamos tienden a sustituir los términos propios existentes en la lengua prestataria.
Los préstamos, desde el punto de vista de la relación concepto-palabra pueden presentar las siguientes alternativas:
a. Asimilación regular, donde el proceso de refonemización es fácilmente predecible. Se caracteriza además por ser préstamos muy antiguos, razón por la que en muchos casos no hay conciencia de que son préstamos. Estos préstamos son aceptados sin mayores consideraciones.
b. Asimilación divergente, cuando se presentan diferentes formas orales según las regiones. Estos préstamos también son antiguos, por lo que algunas formas que adoptan los préstamos no parecen ser lógicos. El uso generalizado de una forma y/o su calidad de primer préstamo son los criterios que se toman para la adopción de una de ellas.
c. Asimilación recurrente, generalmente se da en los topónimos y los nombres de personas. En el primer caso, si bien se parte de la lengua aimara o quechua en la escritura siempre se recurre al alfabeto castellano. Frente a esta situación, la estrategia será ir recuperando paulatinamente en la forma escrita, la versión original. Ejemplo:
- Puma uta = Pomata
- Jiläwi = Ilave
En el segundo caso, la figura es relativamente diferente. El castellano ha excluido del contexto cultural quechua-aimara los nombres propios originales. Queda algún vestigio en lo que se denomina apellido. Los nombres, sin embargo, en la forma oral generalmente se los refonemiza, pero en la versión escrita se recurre al castellano. Ejemplo:
- Piruti = Pedro
- Pharana = Francisca
Frente a esta situación, sin el ánimo de cambiar todo, sobre todo por razones legales, también se recomienda que gradualmente se vaya recuperando los nombres quechuas y aimaras originales. Así seremos consecuentes con la política de revaloración de la lengua y cultura para la reafirmación de la identidad propia.
d. Híbridos de uso internacional; algunos préstamos se los presenta en su forma híbrida castellano-aimara. Ejemplo:
- Tintaqillqaña = bolígrafo
- Qallullawi = llave
Finalmente, aceptamos el préstamo de términos nuevos de uso más generalizado internacionalmente con su escritura original, con la única condición de acuñar posteriormente en quechua o aimara.
5. Reglas de ortografía y puntuación en quechua y aimara.
De manera general se debe tener en cuenta las siguientes puntualizaciones:
- Al agregar sufijos de cualquier tipo a una raíz quechua o aimara no deberá modificarse ni suprimirse ninguna grafía, aun cuando hay, asimilación fonética en el uso oral.
- El uso de las letras mayúsculas y minúsculas en quechua y aimara seguirá las normas del castellano, incluso en la escritura de las grafías dobles como Ch, Th, etc.
- Los textos escritos en quechua y aimara utilizarán los signos de puntuación admitidos universalmente en las formas escritas de las lenguas. Los signos de interrogación y exclamación se emplearán al inicio y al final de la oración, cuidando de no desnaturalizar la entonación.
- Sobre los préstamos se aceptarán prestamos lingüísticos en el quechua y aimara sólo en los casos en que no existan equivalencias del término prestado en ninguna de las variedades de las lenguas en cuestión, y se hayan agotado las pasibilidades de rescate y creación de acuerdo pautas indicadas en el acápite anterior. Igualmente, los préstamos deberán ser escritos según las normas de la ortografía en las lenguas nativas, tomando en cuenta el uso oral que hacen de estos vocablos los monolingües quechua y aimara hablantes de las diversas regiones.
- Los nombres propios de personas e instituciones que aparezcan escritos en letras en quechua y aimara deberán seguir estas normas.
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